Para Lydia Harris, todo comenzó con una llamada telefónica desde Roma de su hermana Adele. Un saludo, una invitación para reunirse en Italia con ella, el anuncio del envió de un paquete y el silencio. El paquete prometido era una cabeza de chacal en marfil. Una antigüedad egipcia,no excesivamente valiosa, llamada a convertirse en la clave de una intriga mortal que llevaría a Lydia primero a Roma y luego a Egipto, en busca de su hermana. Lydia se adentrará en un torbellino de múltiples peligros que solo podrá sortear con ayuda de un enigmático árabe a cuyos secretos, cultura y forma de vida deberá, mal que le pese, amoldarse.